Las ceramidas son un tipo de lípidos o grasas que se encuentran de manera natural en la piel y en otros tejidos del cuerpo humano. Su función principal es mantener la integridad de la barrera cutánea, la capa exterior de la piel que protege al organismo de las agresiones externas como el sol, el viento, la contaminación y los productos químicos.
Las ceramidas forman parte de una familia de lípidos llamados esfingolípidos y son sintetizadas por las células de la piel a partir de los ácidos grasos y la esfingosina. Cuando la piel está sana y en equilibrio, las ceramidas se encuentran en proporciones adecuadas y contribuyen a mantener tanto la hidratación como la elasticidad de la piel.
Sin embargo, factores como la edad, la exposición al sol, el uso de productos irritantes o la falta de humedad pueden disminuir la producción de ceramidas, lo que puede provocar sequedad, picor, descamación y otras alteraciones en la piel. Por esta razón, los productos cosméticos y dermatológicos con ceramidas son esenciales para mantener la salud cutánea.
¿Qué hacen los productos que contiene ceramidas?
Los productos que contienen ceramidas ayudan a fortalecer y proteger la barrera cutánea de la piel. Proporcionan ceramidas adicionales a la piel, permitiendo reponer las ceramidas perdidas. Además, al fortalecer la barrera cutánea, las ceramidas contribuyen a prevenir la pérdida de agua y a mantener la piel hidratada, suave y flexible.
No nos podemos olvidar de que los productos que contienen ceramidas también pueden ayudar a reparar la piel dañada. Por ejemplo, después de una lesión o de un tratamiento dermatológico como el peeling químico o la terapia con láser.
Para mantener un nivel correcto de ceramidas en la piel, es importante llevar a cabo hábitos saludables de cuidado de la piel, elegir productos que contengan ceramidas y otros lípidos y evitar aquéllos que contienen ingredientes irritantes como alcoholes o perfumes.